Ella se fugó de los espejos
Lleva un rumor de mar
entre las piernas
Ella es el gesto que se excede
El vértigo continuo
de caer al infinito
Ella es residencia del miedo
Se derrama en los parques
cómplice del crimen
de los sueños
Ella muere de vida
Se transparenta en los cementerios
con un pulso eterno
desafiando al destino
Ella es
la criatura perversa
que arroja palabras de fuego
Ella es la potestad del sexo
La herida que no sangra
La máscara sagrada
Ella es la belleza infundada
que busca asilo en mis brazos
Los poemas que no se escriben
quedan suspendidos en su aliento.

0 comentarios:
Publicar un comentario